miércoles, marzo 30, 2005

el discípulo

Hace un tiempo AL me propuso que utilizara una computadora. Dijo que si estaba de acuerdo él podía conseguirme una. Adujo que una máquina me facilitaría enormemente la tarea enorme. Me negué (me niego) a abandonar el manuscrito por anacrónico que parezca: jamás cambiaría la sensación de la tinta sobre el papel por los destellos histéricos de un cursor...

AL es casi la única persona con la que tengo contacto últimamente. Confío en él, ha sido un gran colaborador. Me ayuda con mis apuntes eternos y con las transcripciones. Debo confesar que por miedo a olvidar cada nueva definición que se me ocurre y a falta de papel en casa, he comenzado a escribir en las paredes.

pared: paredes y techo se ofrecen como la pampa húmeda para que entierre en ella los granos de la palabra. || espejo de lo que soy.

AL viene por las mañanas a ejercer su oficio de copista. La tarea no es fácil porque mi caligrafía se ha ido desmadrando con el correr del tiempo.

Se queda unas horas, me trae comida. Es un hombre generoso. Me deja una resma de papel, pero la acabo indefectiblemente al llegar la noche. Por lo tanto en la madrugada ya no me queda donde escribir, me sucede que no encuentro siquiera los papeles garabateados.

pared: dícese de la estructura que impide que el techo se caiga al piso. || Sucedánea del papel. || Receptora de los aullidos de Carla cuando la cama nos quedaba chica.

martes, marzo 29, 2005

del Blog de Pedro Weinberg

La caza de la palabra
Apuntes de un editor independiente.
Blog de Pedro Weinberg.


Ah, casi no he tenido oportunidad de postear (anglicismo estúpido si los hay) últimamente. No obstante, como no quiero que este blog se pierda en la nada dejaré aquí una señal de mi paso.

En fin, que sigo tan ocupado con las obras completas de JA que ni tiempo de comjer tengo. De tanto analizar manuscritos, papeles, notitas, cuadernos me siento como el más laborioso de los exegetas shakespearenos. Es más, ahora con esta cuestión del peritaje judicial que se me ha confiado no puedo dejar de preguntarme: a qué tanto aspaviento con las copias y los apócrifos si en definitiva, pongamos por caso, en Macbeth las escenas de las brujas fueron tomadas --y no de una manera Pierre Menardesca, si se me permite la expresión-- de la obra de “The Witch” de Thomas Middleton.

Hablando de robos, JA no era ningún estúpido. Leo en sus notas:

Tengo noticia de los otros diccionarios y enciclopedias famosos

Mis ambiciones siempre se agotaron ante el primer cansancio. Todo lo hice por necesidad, traducir, escribir, copiar. Persistir en la escritura, es eso lo que
quise en un principio, es eso lo que quiero ahora. No existe para mí la página en blanco ni su vacío. Sé de la Encyclopedie Francaise, de lo que significó en términos de la vida de Denis Diderot, quien se entregó a ella pese a que su deseo le indicaba otro camino. Sé de Tlön, Uqbar y Orbis Tertius. De la hazaña que esa invención implicó para los sabios que una vez la emprendieron, sé de lo inútil de su trabajo. Sé de los tres pseudo-hombres encerrados; conozco la deshumanización que les acaeció cuando se hallaban sin más contacto con el exterior que las voces de una vieja y gastada enciclopedia.

Pero ninguno de esos libros se asemeja a lo que yo estoy dispuesto a perpetrar, porque en todos esos casos se creyó en la complejidad del universo, en todos esos casos se partió del error --monstruoso y falsamente inquietante-- de la conformación laberíntica, inescrutable del mundo...

...es simple y como tal, reproducible. Y eso es lo que me propongo.

Nada voy a crear, no es mi norte ofrecer explicación alguna. Escribir, nada más, tan minuciosamente como me sea posible, cada cosa en sí misma y cada cosa en cada quien (sic). Tampoco habrá enumeraciones, porque ello implicaría establecer un orden, acordar un criterio que sería tan arbitrario como la realidad misma. Arbitrario, lo sabemos, no es sinónimo de complejo. Yo, por mi parte, transcribo. Así, por ejemplo:

herrero: aquél que en su casa corta (la carne, la lechuga, el papel, etc) con cuchillo de palo.


Es decir: se empeña en aclarar que su diccionario no tiene nada que ver con los otros, lo cual suena por lo menos estúpido. ¿Quién no robó o copió algo en este mundo? El hombre no es nada sin el hombre. Qué interesa quién escribió qué (mientas no sea muy malo) Por supuesto que aun cuando JA mencione esos casos como queriendo justificar su aparente falta de originalidad... bueno, yo creo que de algún modo él intuyó que su propósito adolecía de la misma absurdidad que el de sus predecesores. Supongo que debe haber entendido que no importa qué tanto el autor se empeñe en delimitar el alcance de su obra, qué tan claros se muestren los postulados de los que parte, en fin, La Obra, llegada una cierta instancia, comienza a cobrar vida propia, adquiere magnitudes insospechadas por quien la acomete en un principio como un acto de fe y se vuelve inmanejable.

Al parecer la fe de Jacinto Arrizabalaga, comenzó a quebrantarse tan pronto se avivó de la imposibilidad de su tarea. Pertinaz, el hombre, nunca jamás lo admitió. Eso es, tal vez, lo que más me conmueve.

Chau, me voy a almorzar. Mañana posteo un poco más de los diarios.

lunes, marzo 28, 2005

Diálogo entre Periodista & Abogado...

...a propósito de la sección "Misceláneas de la lengua & otras delicias" publicadas por Arbusto del Burgo en la revista "La Cucaracha de Plata"

Periodista: ¿Usted cree que hubo plagio?

Abogado: ¿Plagio? Esto es robo liso y llano. La fiscalía tiene buenas razones para creer que el texto (como tantos otros publicados en esta sección) no fue escrito por quien lo firma.

Periodista: Por supuesto se trata de un seudónimo.

Abogado: Claro que se trata de un seudónimo, no hay un tal Arbusto del Burgo sino que ese es el nombre utilizado por el discípulo de JA para encubrir su falta. El texto, como tantos otros, ha sido sustraído de manera alevosa aprovechando el Sr del Burgo el acceso privilegiado a los materiales del difunto por haber sido su único amigo y colaborador durante sus últimos años de vida.

P: ¿Cuál es la opinión del acusado?

A: ¿Y usted cree que importa lo que el acusado opine? Lo que es seguro es que hubo intenciones aviesas por parte de del Burgo quien ha tenido el coraje de declarar con total impunidad y desparpajo que es lógico que su estilo se asemeje al del maestro, tan estrecha era la relación que los unía.

P: ¿Con qué pruebas cuenta?

A: Ese es justamente el problema que intentamos resolver: no contamos con pruebas fehacientes por el simple hecho de que los originales fueron sistemáticamente robados por el demandado. Sin embargo, se está realizando un peritaje literario a cargo del Sr Pedro Weinberg de la editorial De La Alcantarilla.

P: ¿Y Ud confía en que el Juez de la causa acepte como válidos los resultados del peritaje?

A: Por qué no habría de hacerlo. Pedro Weinberg es un renombrado editor amén de un escritor con un profundo conocimiento de la obra de JA y sus contemporáneos. La calidad de su trabajo no está en duda.

P: Pregunto porque Alcantarilla está por editar las obras completas de JA. Además sabemos que es competencia de la editorial que publicaba la revista “La cucaracha de Lata” (lamentablemente discontinuada)... sus conclusiones podrían resultar sesgadas...

A: Su pregunta es capciosa. ¿Cómo puede pensar que una persona dedicada a la literatura que es un arte cuya materia sobrevuela los eriales de cualquier otra actividad humana... cómo puede insinuar que una persona habituada a elevar su espíritu a alturas insospechadas por la mayoría de nosotros podría hacer a un lado su imparcialidad profesional a favor de los intereses económicos de una editorial? ¿Eh? ¿Cómo se le ocurre? Además, no olvide que editorial Alcantarilla es pequeña. Aquí no se trata de dinero, aquí se trata de preservar la obra de JA, que es lo que nos interesa.

P: Mientras estaba vivo a nadie le importaba. Vamos, doctor, también es pequeña la república Argentina, el tamaño no...

A: Usted es una atrevida. Buenas tardes.

P: Tengo entendido que la señora Lucrecia Arrizabalaga de Perlotti no hablaba con su padre desde hacía años y a pese a ello inició la demanda.

A: Como heredera de JA está en todo su derecho y lo que hiciera o dejara de hacer no elimina los lazos parentales que la unen al difunto. Si lo visitaba o no a usted no le compete. He dado por terminada la entrevista. Buenas tardes señorita.

Publicado en la revista literaria "La Cucaracha de Plata"

Sección “Misceláneas de la lengua & otras delicias”(*)
Por Arbusto del Burgo


A guisa: A modo de hacer luz sobre la frase de marras y agarrando por el antinomio, que algunos por gusto y ligeramente llaman también antimonio, desaguisar no es lo mismo que retrotraer un quiso programado e incluso hecho un hecho. Y esto sin entrar en el detalle de qué le echo al guiso o de qué le he hecho para merecer su desaguiso, que todo esto es ya muy otra cosa y más bien cuestión tangente.


(*)N de JL: ...y dado que se habla de plagios, hurtos, robos y otros crímenes no menos aborrecibles me he tomado el atrevimiento de hacer uso y abuso de lo que los demás escriben --como si uno pudiera "tomar al atrevimiento" por un brazo y luego delinquirlo soberanamente-- decía, me he permitido publicar un texto ajeno, aun cuando todo suene a suplemento culinario dominical, siempre con el permiso y/o aval de quien con tanta amabilidad dejó una porción de su guiso en la casilla de correo mía, casilla la cual se encuentra las más de las veces atiborrada de anuncios deleznables y casi nunca de literaturas dignas de ser reproducidas.

martes, marzo 22, 2005

la idea

La idea de escribir un diccionario surgió casi por casualidad. Casualidad que seguramente no era tal porque la realidad esta compuesta por miles de engranajes diminutos y el hecho de que no sean evidentes no invalida su existencia; esto Jacinto lo sabía mejor que nadie, aunque se empeñara en mostrar lo contrario.

Por supuesto que había leído con avidez la biografía de Diderot y no pocas de sus novelas y trabajos filosóficos. Además, la historia de la Encyclopédie Française no le era desconocida como tampoco las vicisitudes que habían enfrentado D&D (como le gustaba llamar a Diderot y a D’Alambert) para escribir, compaginar y publicar su increíble mamotreto; pero nada de todo esto parecía tener una conexión directa con el proyecto de armar un diccionario de su propia cosecha.

En realidad, “la idea” a la que Jacinto la encomillaba como si se tratase de una cuestión sin importancia; más tarde se daría cuenta de que ésta era la primera vez en su vida que la materialización de un pensamiento cobraba un sentido que trascendía el mero placer de escribirlo, entonces “la idea” devendría en LA IDEA; “la idea”, decía, se presentó más como una necesidad de mantener viva su escritura que como el deseo irreprimible de emular el universo. Por lo menos así fue en el principio.

lunes, marzo 21, 2005

Algunas cuestiones metodológicas

El trabajo de traductor le provocaba fastidio. Cada nueva traducción era una especie de contienda donde Jacinto vertía sus energías lastimeramente, siempre pensando que podía haberlas empleado en beneficio de su propia obra aunque ésta nunca abandonara el estatus de fervorosa expresión de deseo.

Amante de la literatura como era --y necesitado de dinero como estaba-- cuando de la editorial Alcantarilla le encargaron el ciclo completo de los Sonetos de Shakespeare, junto con algunos poemas de Donne, Coleridge, Wordsworth, etc. para una antología de la literatura inglesa, Jacinto había accedido de buena gana.

En su carácter de traductor profesional comenzó respetando a rajatabla endecasílabos, alejandrinos, yámbicos, tráfagos y prófugos. No obstante, pasados los cinco primeros poemas comenzó a sentirse irremediablemente encerrado tras los barrotes de la forma: el tedio y el aburrimiento habían alcanzado dimensiones tales que ya no cabían en su pobre alma.

Jacinto escribiría en sus diarios de aquélla época:


“O me construyo mi propia revolución traductaria, o este trabajo va a terminar por consumirme”

“Cada estrofa” decía “puede ser reescrita en un verso libre que condense su sentido ¿acaso la poesía no es una pura sugerencia, un divertimento, un espacio fértil para la interpretación? ¿qué más da cambiar un tropo por otro?”
De modo tal que de catorce versos los sonetos se subsumieron en cuatro, y más tarde, en sólo uno, mínimo e igualmente expresivo, que condensaba la esencia de lo que el poeta en cuestión había querido decir.

Jacinto observó, además, que había grupos de sonetos que describían con mayor o menor intensidad temas similares como por ejemplo: lo que de terrible hay en el paso del tiempo y lo que esto genera en el corazón del poeta, las tribulaciones del enamorado, la belleza, etc. Empeñado en llevar al extremo las posibilidades de su procedimiento, separó los poemas según el tema tratado o sugerido. Así sonetos como Devouring Time, When I consider everything that grows o Like as the waves make towards the pebbled shore, fueron agrupados y traducidos en la siguiente stanza breve y suplicante:

“Reloj, no marques las horas”.

A esto llamó Jacinto la “Técnica de Traducción Minimal”. No sólo porque su producción constituía una suerte de epítome de la obra de los poetas ingleses, sino porque con su nueva técnica el perjuicio que el oficio de traductor ocasionaba a Su Obra se reducía considerablemente. De ahí lo de mini-mal.

“Es imprescindible que convenza a todos de que éste es el verdadero camino, de paso gasto menos tinta, menos papel y liquido el asunto de la antología lo más rápidamente posible”.

Los editores, y más tarde la crítica, acogieron su propuesta con beneplácito. El libro se tituló “Brevísima Antología de la Literatura Inglesa” y encabezó la lista de best sellers del año 19xx.

Jacinto decidió que había agotado el tema de las traducciones. (*)

(*)N de A: Y yo también.

viernes, marzo 18, 2005

del Blog de Pedro Weinberg

La caza de la palabra
Apuntes de un editor independiente.
Blog de Pedro Weinberg.


Por fin cuento con el tiempo necesario para actualizar este pequeño rincón del Aleph --qué es sino este espacio virtual donde nos movemos--. La conferencia fue todo un éxito. La cuestión de los concursos literarios está tan en boga que ahora hasta el taxista me confesó que estaba pensando en enviar una copia de su novela “Memorias de un Taxi Dráiver” al premio PANCETA. Me pidió expresamente que no lo comentara porque "usté vio cómo es esto, uno es un escritor serio y no quiero que se sepa". Y después resulta que nadie jamás participó en un concurso. Sigo creyendo que trabajar en Alcantarilla es lo mejor que pudo haberme sucedido en el discurrir de mi vida profesional.

Pasemos a lo que me tiene tan ocupado últimamente. Encontré un cuaderno rojo en una de las cajas con material de JA, parece que el tipo hacía anotaciones acerca de sus mujeres, a la manera diccionaril con que están escritas el resto de las “voces”. Aquí un anticipo (seleccionado al azar) para mis lectores de siempre, así no tienen que esperar la edición definitiva de las obras completas de JA.

anna: esa bella constelación de imposibilidades. Serás mi compañera o no serás.

carla: en tus profundidades rijosas me desparpajo mientras urdes --oh salvaje gloria de la naturaleza-- el fluir de mi simiente.

carla: ahí donde se abre tu boca, yo irrumpo. Me puede esta vida que no aguanto, tu animalidad, tu absoluta falta de razón, tu boca, Carlita. Tu boca.

lucrecia: una semilla (mía) abandonado su ser “en potencia”. Una semilla mía hecha mujer.

XXXXXX: la que le puso el útero a Lucrecia.

carla: lo único que resta (que me resta) es cojer con vos de cuando en vez, cuando tu carne monumental, ma petite catin, se apiade de la mía que de a poco me abandona.

anna: soy nada más que un recuerdo entre tus recuerdos. Ahora querés ayudarme ingrata, ahora te acordás del Homero Manzi, de nuestro abrazo. Si supieras, Anna, si supieras.

carla: hace un mes, cuatro días, seis horas y cuarenta y tres minutos que no.
Que no.

jueves, marzo 17, 2005

del tapa dura con espiral de JL

toda acción que jacinto realizara estaba destinada a satisfacer algún fin aparentemente práctico:
las traducciones las hacía por dinero, los poemas, por aburrimiento
El diccionario... ah, el diccionario es otra historia.

Buscar:

Poema de Juan Gelman,

“Esa mujer se parecía a la palabra nunca”(*)

Pedro Weinberg encuentra “el cuaderno rojo” en una de las cajas.
El cuaderno rojo es también parte del diccionario.
Está dedicado a las mujeres de Jacinto.

(*) Nota de JL: A JL le parece que ese poema maravilloso define bastante bien lo que Jacinto Arrizabalaga sintió alguna vez por Anna Juosten(**). Asimismo cree que va a ser muy difícil para ella ( JL), al igual que para JA quien también leyó a Juan Gelman, seguir escribiendo después de Gotán. No obstante decide incorporarlo a la saga por ser bello de indiscutible belleza y porque, al fin de cuentas, JL sabe que si comienza con ese tipo de consideraciones -–las consideraciones de estilo paralizante acerca de los escritores a quienes admira-- la escritura se le hará no sólo difícil sino imposible y tendrá que prestar verdadera atención a otros menesteres que no le interesan.

(**) Nota a la Nota de JL: (de los pensamientos de JL) Hace poco JL notó que las iniciales de Jacinto Arrizabalaga son la “viceversa” de las de Anna Juosten, es decir: JA - AJ. También se dio cuenta de que su propio nombre comienza con J. Qué casualidad, se dijo, casualidad que seguramente no era tal porque la realidad esta compuesta por miles de engranajes diminutos y el hecho de que no siempre resulten evidentes no invalida su existencia, esto Jacinto lo sabía mejor que nadie, aunque se empeñara en restarle importancia. (***)

(***) Nota a la Nota de la Nota (Nota al cubo): fragmento de la historia de Jacinto Arrizabalaga, escritor, traductor, diccionarista del universo.

miércoles, marzo 16, 2005

Brevísima Antología de la Literatura Inglesa

Editorial de la Alcantarilla
Edición Bilingüe
Traducción de J. Arrizabalaga
Comentarios, notas y estudio preliminar de Pedro Weinberg


Página 43

THE FLEA.
by John Donne


MARK but this flea, and mark in this,
How little that which thou deniest me is ;
It suck'd me first, and now sucks thee,
And in this flea our two bloods mingled be.
Thou know'st that this cannot be said
A sin, nor shame, nor loss of maidenhead ;
Yet this enjoys before it woo,
And pamper'd swells with one blood made of two ;
And this, alas! is more than we would do.


Página 44

La pulga
John Donne

Tengo pocas pulgas:
una sola
y como nunca, pero nunca, me das bola
salte ella hacia tu sangre
y te la chupe
y vuelva henchida
con la sangre de los dos,
saciada su hambre
cuando no la mía.(*)(**)

(*)N. del T. Preferí esta versión poética a la traducción literal "Carajo, esto es más de lo que podemos hacer" por parecerme ésta última carente de toda sutileza.

(**) N. del Editor. En el diario de Arrizabalaga puede leerse, a propósito de John Donne, una serie de reflexiones acerca de la ruptura con la poesía inglesa del siglo XVI. JA se preguntaba, a mi juicio, con razón "...¿qué carajo tiene esto de metafísico?".

lunes, marzo 14, 2005

del blog de Pedro Weinberg

La caza de la palabra
Apuntes de un editor independiente.
Blog de Pedro Weinberg.

Estoy tapado de trabajo y se me hace imposible actualizar el blog con la frecuencia que mis lectores esperan. Tengo que asistir a un congreso y me pidieron que escribiera una ponencia sobre “Los concursos literarios & las grandes editoriales: consideraciones morales y monetarias”. Lo interesante --lo liberador-- de pertenecer a una editorial pequeña es que puedo prescindir de las consideraciones morales.

Además, la publicación de las obras completas de JA me tiene sin dormir. El diccionario es ambicioso; los poemas, inclasificables; las traducciones, infinitas.

Hoy sucedió algo curioso. Entre los papeles que me facilitó quien se autodenomina su discípulo --un escritorzuelo de segunda línea de quien prefiero no dar el nombre-- encontré el siguiente poema mecanografiado con tinta roja. El título original “Poema a un cariño no correspondido” había sido tachado con cierta vehemencia. Más abajo, escrito a mano decía "Oda a un cariño que no corresponde". He aquí el poema:

quiero amarte y no me dejas
(y si no te amo te quejas)
así que para olvidarte
me remojo las guedejas

mujer eres de otro dueño
que no ha sabido admirarte
contigo en las noches sueño
no he dejado de acecharte

pero caray! qué dilema
este ir y venir tuyo
no sé nada, todo intuyo
y el corazón se me quema.

lo que te digo, cariño,
es que pronto te decidas
porque ya no soy un niño:
tengo las barbas crecidas.


Por supuesto que el poema, amén de risible, es apócrifo. JA nunca podría haber escrito tamaña bazofia: no concuerda ni remotamente con ninguno de sus rasgos estilísticos. Hasta un imbécil se daría cuenta. Lo que me pregunto es qué estúpida ingenuidad le hizo creer a quien me lo facilitó que semejante detalle pudiera pasarme desapercibido. Seguramente el poema es de él (del discípulo de JA) y como en el fondo sabe que nunca, pero NUNCA, nadie se lo va a publicar lo mezcló con los papeles que me dio con la esperanza (vana) de que entrara en la edición de las obras completas.

Hay gente que con tal de verse en formato “libro impreso” es capaz de cualquier cosa.

viernes, marzo 11, 2005

de los subrayados de Arrizabalaga

Encontrado en “Le neveu de Rameau” de Denis Diderot, subrayado con lápiz negro, manchas de grasa en los márgenes de las páginas, tapas descoladas.

Je m'entretiens avec moi-même de politique, d'amour, de goût ou de philosophie. J'abandonne mon esprit à tout son libertinage. Je le laisse maître de suivre la première idée sage ou folle qui se présente, comme on voit dans l'allée de Foy nos jeunes dissolus marcher sur les pas d'une courtisane à l'air éventé, au visage riant, à l'oeil vif, au nez retroussé, quitter celle-ci pour une autre, les attaquant toutes et ne s'attachant à aucune. Mes pensées, ce sont mes catins.

Pero no sólo de sus pensées hacía Jacinto sus catins.

Había una catin morochona, grande --siempre le gustaron las mujeres que lo excedieran físicamente, que fueran, en fin, casi tan monumentales como la obra a la que se avocaba-- que venía a verlo de vez en cuando, para alivianarle la angustia del trabajo, para vaciarle un poco el hombre que todavía le quedaba dentro.

Jacinto le decía al abrirle la puerta "bonyur ma petí catán", y se reía, para sí, de lo ridículo que resultaba llamar petí a la morochona. Ella no lo entendía. O mejor dicho, lo entendía demasiado bien.

viernes, marzo 04, 2005

La letra en la lata...

Hoy, dentro de una caja de aluminio en la que papá guardaba las boletas pagas de los servicios y el impuesto municipal, encontré una carta firmada por una mujer. Una carta y dos fotografías. En la primera la mujer (supongo que la misma que escribió la carta) saluda desde la escalerilla de un barco; es altísima, delgada y tiene un pañuelo en la cabeza. La segunda es un retrato, también de ella pero debe haber sido tomada por lo menos diez años más tarde. Dios mío, ¿quién es Anna Juosten? Necesito un traductor urgente.


Helsinki, April 1995

Dear Jacinto,


You are such a sly one, you. You’ve been working on that blessed dictionary of yours all this time without telling me anything. You must have assumed I was not going to learn about it ever. However, I did. Do you see? The universe, as you put it, is straightforward: it opens up to our awareness in clear, transparent ways. It found me out, your world. It came across me and now I know your purposes. Now I am aware of your plight, my dear friend.

How come you have never asked for my help? That, I can’t explain. But for sure, I would have accepted had you ever called on me. For I am a part of this universe which you are so fervently (and secretly) trying to describe, to put into words, to transform into language. I am a part of it whether you like it or not.

Oh, but I do not care, dear. I don’t give a dime, let me tell you. I am going to disregard this petty act of negligence on your side and I´ll help you on behalf of our friendship. Sooner or later you will need me to write down a Finnish version of the dictionary, since you will be interested in translating it into Nordic languages, won’t you?

Consider it, Jacinto, get rid of your pride and let me in before it is too late. As harsh as it may sound, my days --and yours also-- are numbered. And please, don’t take me wrong: I am speaking out of sheer respect and, perhaps, I must admit, nostalgia.

Por ese tango que bailamos una vez.

Yours,

Anna Juosten.

jueves, marzo 03, 2005

In Memorian

Releo hoy las palabras del maestro. La pasión y la pena me embargan a un tiempo y no me queda más que solazarme en su recuerdo: no en vano he intentado durante los años que me ha tocado en suerte compartir con él, si no comprender, por lo menos acopiar sus innumeras enseñanzas.

Trabajaba desde que tengo memoria en un secreto diccionario cuya misión final era la de “comprender la vastedad del universo”. El universo, decía, es más sencillo de lo que nos complacemos en imaginar. Lo creemos complejo porque impera en nosotros el ansia de alimentar nuestra vanidad: si admitiéramos su simplicidad ¿cuál sería la virtud de intentar explicarlo, de qué serviría, al cabo, la literatura? Un diccionario es, en última instancia, un espejo del universo y como tal su construcción debería resultar transparente, si bien es claro que esta tarea exigirá no menos tiempo que la urdimbre misma de aquél. Se afanaba en su búsqueda y escribía, incansable, al universo con una vehemencia y una energía que hacían creer que en verdad algún día llegaría a completar su obra monumental.

He aquí algunas de las voces más representativas de su pensamiento:

universo: todo lo que está contenido en este diccionario, incluidos este diccionario y la paradoja de los catálogos.
paradoja de los catálogos: artificio ocioso mediante el cual más de un mequetrefe intentará negar el carácter universal de este diccionario.
diccionario: espejo del universo que comprende al espejo y al universo.
espejo: espejo.
eco: eco.
axioma: recurso del autoritarismo.
vanidad: la madre de todos los textos excluido este diccionario.


En ocoasiones la inconfundible fuerza poética de su literatura se trasluce en sus definiciones con una intensidad inusual y si se me permite, estremecedora y rayana con la estética del tango.

No obstante, Arrizabalaga cuida en todo momento que la implacable lógica de su discurrir mental no se disipe bajo los frecuentes vendavales que parecen azotar sus emociones.

A continuación, un claro ejemplo de lo que acabo de explicar.

beso: antesala de la locura.
tus besos: tan caros.
cuerpo: jardín de senderos que se bifurcan.
tu cuerpo: un caramelo ácido arrebatado a destiempo.
lo nuestro: una insensatez.
insensatez: lo nuestro.
el mate: amargo
si no hay yerba: no hay mate.
amor: desventura máxima de la voluntad.

miércoles, marzo 02, 2005

en un pasillo


-Che, ¿viste quién murió?
-Quién.
-Arrizabalaga, el del cuarto C.
-¡No te puedo creer!.. pero si no era tan viejo.
-Viejo no era, no. Parece que era escritor.
-¿Escritor? ¿Y qué escribía?
-No sé, qué va a escribir. Libros, supongo ¿los escritores no escriben libros?
-Algunos no, algunos poesías.
-Esos son los poetas, no los escritores.
-Ah.
-Este parece ser que éste andaba en una cuestión de un diccionario.
-Y para qué se va a poner a escribir un diccionario si diccionarios ya hay.
-Te juro, y parece que cayó la hija.
-¿La hija? ¿Tenía una hija?
-Sí, una tal Lucrecia Arrizabalaga de Perlotti. Una loca que no lo visitaba nunca y ahora con lo de la muerte se vino al humo. Está viendo si le hace juicio al amigo que le copiaba las cosas y las publicaba con su nombre.
-¿Con el nombre de la loca?
-No, con el suyo. El amigo de Arrizabalaga le robaba los escritos y los vendía a un diario.
-Mirá vos, qué bárbaro. ¿Y la mina está buena?
-Debe de ser.
-Cómo ¿no la viste?
-No, la escuché gritándole al sobrino.
-¿Vino con el sobrinito?
-De ella no. De Arrizabalaga. Se me hace que peleaban por unos libros. Pobre hombre, murió y en lugar de recordarlo discuten por los pocos cachivaches que le habrán quedado, ¿te das cuenta?
-Y sí, no somos nada.

martes, marzo 01, 2005

Obituario

Jacinto Arrizabalaga Buenos Aires 5 de agosto de 1948, 1 de Marzo de 2005 

Murió esta madrugada el poeta Jacinto Arrizabalaga en su departamento de Boedo a causa de un enfriamiento repentino. Arrizabalaga, acaso más conocido por su oficio de traductor que por su propia y vastísima producción, dejará un profundo vacío en la escena literaria local. A modo de homenaje y de acuerdo con las circunstancias, reproducimos aquí una de sus traducciones más aclamadas tanto por la crítica como por los medios vernáculos. 

Sonnet 153:


Soneto 153: 

¡No somos nada! 
(Buenos Aires - 1972) 

Fuentes allegadas a esta redacción declaran que se habría encontrado un diccionario en el que el occiso trabajaba secretamente. En exclusiva para nuestros lectores publicamos algunas definiciones: 

cacerola: ese útero metálico donde se cuecen habas y, cuando la malaria no apremia, algún que otro chorizo colorado.

candado: el candado sirve para cerrar puertas y/o ventanas con candado, o para impedir que la gente se afane cosas.

domingo: atardecer de la semana / momento en que la mayoría de los mortales tiene a bien considerar la posibilidad de un suicidio que rompa con la tradición de la pasta asciuta. 

mujer: operaria de las cacerolas. Con suerte, operaria del amor. 

suicidio: salida de emergencia generalmente cerrada con candado. 

Este descubrimiento es doblemente importante no sólo por lo que representa en términos del acervo literario local sino porque, asimismo, insinúa la posibilidad de un plagio por parte del llamado poeta del Abasto, originario de Boedo

El mismo ha publicado en los últimos meses trabajos que no serían de su autoría. Los herederos de Arrizabalaga declararon que, de confirmarse sus sospechas, iniciarán las correspondientes acciones judiciales.