martes, agosto 22, 2017

Comme il faut

Quiero advertir a mis congéneres, coetáneos, coparticipantes, concubinos, contubernios, condiscípulos y contrapuntos barrocos que es ALARMANTE la cantidad de parejas moscovitas que participan de las instancias finales del Mundial de Tango.

Avísenle a Ronald Reagan.

En estos días de equilibrios macroeconómicos precarios y con la muchachada alrededoreando un puesto de choripanes quiero escribir una nota al pie (derecho).

Este es, en definitiva, un espacio de expresión gratuito.

Es decir:

1) Anoche en una milonga de barrio llena de extranjeros que llegaron a Buenos Aires en busca de ese abrazo calentito que sólo en esta ciudad sabemos propinar bailé con:

-- Akira, o Arakami, no, Arita Kim un bailarín de Corea del Sur quien me invitó a la pista apenas terminé de abrochar las hebillas de mis zapatitos. Arita estaba feliz de su participación en el Mundial de Tango aunque, según me refirió, no pasó de la primera rueda. Conocía bien los tangos que bailamos y se movía con fluidez y precisión (quizás demasiada). Me quedaba un poco alto: pero un buen bailarín Coreano sabe evitar el efecto Muralla China. Ok. El chiste es pésimo.

-- Adán, de México Distrito Federal, bailarín joven y experimentado quien está en Buenos Aires asistiendo a  un Congreso de Literatura Medieval . Porque señores, en esta ciudad, la gente se reúne a comer choripán, bailar tango y discurrir sobre la Chanson de Roland.

-- Hubo otros también, de comunicación feliz y bailar bello. Uno, por ejemplo, me dijo: qué lindo que te quedaste quieta cuando me quedé quieto. Quizás algo aprendí de quien con tanta paciencia me instruye cada lunes.

En suma fue una buena noche. De esas que no suceden a menudo y por las que se regresa a la milonga una y otra vez.

2) Hoy tengo alergia [anagrama de alegría], tos, malhumor, insomnio, mocos y un ticket para ir a ver la final del Mundial de Tango Pista.

3) El piano del mediodía estaba en su lugar: logré entrar al local, ir directo a sentarme y comenzar a tocar sin demasiados prolegómenos. Lo más importante: NO PARÉ cuando pasaba gente cerca (no pasaron muchos, debo decir). Esto recién empieza.

4) Compruebo que: las preguntas son siempre las mismas.