martes, noviembre 25, 2008

vení que te vacuno

el piso revolucionado ante presencia femenina de metro ochenta aprox. minifalda al borde de la nalga, trajecito de enfermera.

"señores están vacunados contra la rubeola?" pregunta con voz de gata, la melena rubia hecha un ovillo desordenado en la cabeza, ojitos claros, lo que se dice un bombón. todos como locos. uno hay que pregunta si es posible vacunarse dos veces, otros sonríen nerviosos, dan vueltas, se sientan, se levantan, no saben bien qué decir.

está quien manifiesta "a mí me da miedo". ella, mimosa, le explica que no duele con una de mohines y sonrisitas que hacen que él (el cagón) se sienta capaz de seguirla hasta la muerte.

el engaño se hace evidente cuando la horda de machos emocionados llega a la salita destinada a enfermería de campaña para recibir su inyección (¿de amor?) y aparece la gorda enorme con su guardapolvo color rosado y la aguja preparada para pincharlos.

en esa instancia ya es demasiado tarde para arrepentirse y, resignados, se dejan mientras suspiran por la yegua que se quedó afuera.

cosas de la vida corporativa.

viernes, noviembre 14, 2008

tres de cinco

salimos cerca de la medianoche a un restó de palermo que, si cambiáramos sustantivo por verbo, podríamos afirmar que no era gran cosa desde el punto de vista de lo que mi hermana menor llama "diversión" y casi desde ningún otro punto de vista.

de modo que, usando de las ventajas y de la impunidad que las diferencias generacionales , pasada la una de la mañana la pendeja dijo: vámonos a la mierda de este lugar del orto. las mayorcitas nos avinimos a seguirle los pasos, montamos un taxi y terminamos en un boliche bailable de la calle santa fé donde la música del día (o de la noche) era un combo infernal de canciones del puma rodriguez, erasure, y otras tonadas de nuestra temprana juventud --claro que de la temprana juventud de las de treinta y pico-- que hacían sacudirse a mocosos de edad promedio que no iba mucho más allá de los 25 años.

en fin, que, admitámoslo, fue como volver a ser unas adolescentes pasadas de rosca, medio histéricas y dele que te mover las caderas para todos lados y hacerse las tontas y risitas ante la consabida preguntita y vos cuántos años tenés.

nos acostamos a las cinco y media y el pronóstico para el día de hoy es "difícil recuperación".

martes, noviembre 11, 2008

a veces

(o quizás muchas) tengo sensaciones estúpidas como la de, por ejemplo hoy, estar vestida sthendalianamente. y lo que resulta todavía más tonto es la necesidad de escribirlo --a falta de otras cosas más interesantes o inteligentes que escribir desde que me hallo sumergida en el fatídico mundo del lenguaje corporativo-- o describirlo para hacer un poco de ruido en este lugar donde antaño dejara perdido algún poema, algún texto un poco más dedicado.

volviendo al tema, lo de sthendal no me viene por una semejanza decimonónica o o novelezca. se trata, simplemente, de una cuestión de coloraturas, digamos, de rojo y negro (en este punto espero que alguien, además de mí, se ría... aunque me doy cuenta que no hay como martín b. para los chistes y las asociaciones divertidas y chispeantes y que yo, no tengo nada que hacer ni en el mundo de la literatura, ni del humor, ni de la moda).

ps: como para cortar el rojo y el negro, me puse unas sandalias de plataformas con tiras plateadas + esmalte rojo en los dedos de los pies que me dan un look tipo mariana nannis o esposa de futbolista y descubro, además de todo lo anterior, que el paso de los años va provocando en mí esta clase de (en apariencia inexorables) desvíos estilísticos. quedará por averiguar si ya llegué a ese terrible punto de no retorno que es la ridiculez de querer ser/parecer lo que uno no es o si todavía estoy a tiempo.

a tiempo de qué, tampoco puedo responderlo.

lunes, noviembre 03, 2008

odio amistad noviazgo amor matrimonio

leo un libro de alice munro. prodigioso.
(excepto por el hecho de que se trata de una traducción española que, mientras no hay diálogos no molesta demasiado, pero en cuanto algún personaje se pone a hablar se vuelve chotísima: aparecen cosas como "follar" y "chavales" entre otras. vaya una a saber dónde coño la habré comprado. joder!)