soñé que me descubría embarazada de mi tercer hijo pero me daba cuenta recién cuando ya estaba como de cinco meses, luciendo una preciosa y contundente pancita. en el sueño yo hablaba de esta forma:

"ah, con razón no me cerraban los pantalones, no era por comer tanto chocolatín a escondidas!"

además, cuento con nuevo jefe de origen transandino --y esto no es, lamentablemente, una onírica imaginación surgida de mi cabeza-- quien observa minuciosamente cada una de mis acciones, siempre al acecho, a la espera del próximo e infeliz error cometido por quien suscribe.

en otro orden de cosas los niños bien, insultando a la maestra el mayor (motivo por el cual madre debió concurrir a establecimiento educativo y disculparse, explicar que es una mujer profesional que no está nunca en casa, nótese tonalidad culposa del comentario); aprendiendo puteadas el menor; marido en río de janeiro durante toda la semana; jornadas laborales de 11-12 horas; etc.

bah, divina como siempre.

hoy me pregunto

¿cuánta alegría cabe en una aceituna?

encuentro un libro con cebollas ---una esfera de lágrimas---, hay un dedo de chupar y llanto. qué maravillosa (maravillante), la lectura imbricada que se vuelve cosas diferentes en momentos diferentes. quise escucharme aún sin comprenderme: ¿por qué cuando se trata de personas es difícil?
porque cuando se trata de personas, es difícil
y es efímera una mano sobre otra, una palabra, el vuelo de la bicicleta entre jazmines. la cebolla.
yo quería que estuvieras, yo quería.

diciembre es diciembre, digo a alguien que se preocupa, no es tan lejos.

parabems

34 son 34.
y dulces!