viernes, marzo 11, 2005

de los subrayados de Arrizabalaga

Encontrado en “Le neveu de Rameau” de Denis Diderot, subrayado con lápiz negro, manchas de grasa en los márgenes de las páginas, tapas descoladas.

Je m'entretiens avec moi-même de politique, d'amour, de goût ou de philosophie. J'abandonne mon esprit à tout son libertinage. Je le laisse maître de suivre la première idée sage ou folle qui se présente, comme on voit dans l'allée de Foy nos jeunes dissolus marcher sur les pas d'une courtisane à l'air éventé, au visage riant, à l'oeil vif, au nez retroussé, quitter celle-ci pour une autre, les attaquant toutes et ne s'attachant à aucune. Mes pensées, ce sont mes catins.

Pero no sólo de sus pensées hacía Jacinto sus catins.

Había una catin morochona, grande --siempre le gustaron las mujeres que lo excedieran físicamente, que fueran, en fin, casi tan monumentales como la obra a la que se avocaba-- que venía a verlo de vez en cuando, para alivianarle la angustia del trabajo, para vaciarle un poco el hombre que todavía le quedaba dentro.

Jacinto le decía al abrirle la puerta "bonyur ma petí catán", y se reía, para sí, de lo ridículo que resultaba llamar petí a la morochona. Ella no lo entendía. O mejor dicho, lo entendía demasiado bien.