martes, agosto 23, 2005

limericks con lluvia, yaquestamos...

si llueve llueven gotas en torrente
o llueven las palabras, de repente
¡lluvia! repito ¡lluvia
agua que presta cae
como quien llora gotas desde un puente

si llovieran duraznos o manzanas
si mandarinas, peras o bananas
le pediría a Dios
que tire con arroz
para juntarlo en hondas palanganas

si del cielo cayera un elefante
que no relinche, ladre ni se espante
tal vez lo esperaría
con gran algarabía:
pondríalo de adorno en un estante

como estoy aburrida así me lluevo
¿qué pasaría si llovieran huevos?
contenta mi vecina
atajaría en la esquina
para batir un omelette dorado, nuevo

por la lluvia la gente se molesta
digo yo ¿por qué, qué cosa es esta?
si la lluvia da excusas
para atrapar las musas
para escribir ¡que siempre tanto cuesta!

viernes, agosto 19, 2005

ejercicio de muñeca

oficinista acomoda con vehemencia la papelería de su escritorio. lleva/luce las uñas arregladas, prolijas, es decir: no muestra señales de canibalismo ungular ni existen esos feos desniveles cuticulares que provocarían escozor en, por ejemplo, cualquier señora llamada, digamos, nelly, que trabaje haciendo manos y suela decir "querido/a te rebajo un poco esto que parece una carnicería". tiene puesto oficinista pantalón sujeto fuerte por un cinturón de cuero bien a la cintura; camisa verde agua/pastel con dudosas reminiscencias de natatorio de club de barrio, abullonado el género en las mangas, triangulito bordado en el pecho, lado izquierdo. volviendo a los pantalones: los mismos han sido confeccionados en corderoy grueso, verde también, pero sequito como árbol deshidratado. verde militar bah. completan su atuendo unos enormes zapatones negros.

el flequillo de oficinista ha recibido, evidentemente, algunos tijeretazos que confieren a su portador un curioso aire de gallina a medio desplumar, pero contenta aún de seguir con su vida, su vida de gallina cacareante rodeada de polluelos y anaranjados granos de maíz. en la cara de oficinista refulge, además, un redondo lunar (acabo de descubrirlo) al mejor estilo cindy crawford, cerca de la boca. un lunar para el beso si fuera el caso. pero. no lo es.

domingo, agosto 14, 2005

y subo las escaleras arriba
y bajo las escaleras...

no, no.

subo las escaleras arriba, qué girondo ni que ocho cuartos.

viernes, agosto 05, 2005

la lora de flaubert (encore une fois)

leo una crítica al crítico en julian barnes, à propos de una mujer docta en flaubertiadas varias, mujer que tuvo el tupé de señalar que los ojos de emma bovary resultaron ser una especie de camaleónicas esferas mutantes. se transformaban con el discurrir de los acontecimientos a saber: marrones al principiar la novela, azules en la cumbre del ensañamiento amoroso y negros durante el resto del tiempo.

la docta anciana quiso mostrar con esto que, contrariamente a lo que hubiera hecho honorato balzac, flaubert escribía sus novelas y/o construía sus personajes sin ningún cuidado por el detalle, c'est à dire: à la qu'etimport, cosa que según barnes (con quien concuerdo en un ciento por ciento al respecto) es una imbecilidad de dimensiones atómicas --la jactancia de la vieja al señalar "el herror", no el método flaubertiano--.

en efecto, uno debería sorprenderse no por el error en sí, sino por el hecho de que el escritor haya cometido tan pocos. si se tiene en cuenta el laburo que implica armar una novela, no pensemos en un elefante como madame bovary, pongamos cualquier musaraña pedorra de menor calibre ya que estamos con la cuestión animal, digo, si se piensa en lo trabajoso que resulta mantener la consistencia de los personajes, armar una estructura que no se desmorone a la primera de cambio, dedicar tiempo y esfuerzo, etc --no por nada quien esto escribe nunca pasa de las primeras diez páginas-- uno no puede dejar de notar la vacuidad de una crítica como la que tanto irritó al bueno de barnes. uno se solidariza al instante: un poco más de respeto por flaubert ¡che!

en resumidas cuentas: ¿importan o no las pifiadas en literatura?

por supuerto* que... no.

*nota al pie: dejo supuerto por obvias razones, con prescindencia del status no literario del texto (mío).

miércoles, agosto 03, 2005

contra la lorización

al parecer flaubert era así: un amante de novela pero no un hombre como para casarse. según sus propias palabras hechas eco por el hilarioso julian barnes, gustave solía decir: "si yo fuera mujer jamás me elegiría como amante, sí para un polvete de una noche, aunque no para una relación de mayor intimidad"

tenemos también: "in early manhood he is very attractive to women and his speed of sexual recuperation is, by his own account, very impressive". o bien: tres o cuatro al hilo sin pasar por boxes.

después (o antes, el orden de los factores si altera el producto, por lo menos no lo hace sustancialmente) julian se embarca en una serie de disquisiciones acerca de si el loro de flaubert representa la inhabilidad del lenguaje para apresar la experiencia, digamos, la eterna frustración del escritor a la hora de transmitir eso que cree desear transmitir, la insuficiencia de la PALABRA ¿no es el escritor una especie de loro ecuatorial que repite palabras sin sentido, o si con sentido, sin comprenderlo del todo, o si lo comprende él mismo, sin lograr hacer que los demás lo perciban de la misma forma en qué él lo hizo, etc?

[[para una prueba cabal de lo antedicho (la lorización de la escritura) sírvase simplemente leer lo antedicho, cosa que ya hizo si es que llegó a este punto sin saltear párrafos o, en su defecto, sírvase leer éste o cualquier otro blog con un mínimo anhelo de literariedad y un gran padecimiento de palabriedad]]

por último, las plumas del loro podrían representar, hablando de frustraciones, la jibarización de la gran pluma de faisán del escritor, o de su propia vanidad. vaya uno a saber si, durante algún ataque de histeria en la mitad de su proceso creativo flaubert no le arrancaría una que otra pluma al loro embalsamado que tenía consigo como modelo, y si luego no seguiría escribiendo como si tal cosa.

digo yo ¿qué si en lugar de un loro hubiérase tratado de una cotorrita o un simple canarito? ¿y el toro que aparece en ese mismo cuento (si mal no recuerdo) qué vendría a representar? ¿la performance sexual del propio flaubert?