miércoles, mayo 04, 2005

del blog de Pedro Weinberg

La caza de la palabra
Apuntes de un editor independiente.
Blog de Pedro Weinberg.

Ya lo sé, ya lo sé: tengo plena conciencia de mi desaparición y lamento este blanco más aun, créanme, que mis lectores. Pero no es la ubicuidad una virtud de la que pueda jactarme, así que espero sepan disculpar tanto inconmovible silencio.

Terminé con la edición definitiva de las obras completas de JA, lo que es, sin duda, una buena noticia. Lo terrible del caso viene dado por una situación absolutamente ajena a mi responsabilidad: Alcantarilla quería hacer el lanzamiento en la feria del libro PERO la imprenta se demoró con la entrega de los ejemplares. Ergo: no tenemos nada para vender, todavía. De modo que tengo a mis dos bellas vendedoras (una rubia y una morocha) repartiendo caramelos a cada cliente que se acerca a nuestro stand y pide "cualquier cosa" relacionada con el maestro. A pesar de todo habrá presentación o esto será el acabóse (peligra mi integridad profesional, peligra la continuidad temporal de mi salario, porque yo, aun siendo devoto de las artes y la literatura, trabajo por el mango, debo confesarlo: o por qué creen que hice el peritaje para el juicio). Volviendo a la presentación que, a propósito, será el sábado próximo a las 19 horas: convoqué a algunos conocidos escritores del ámbito local --ninguno de la talla de Arrizabalaga, pero, como versa el decir popular: es lo que hay-- quienes discutirán diversos aspectos de su obra. Lo único que espero es que tengan la deferencia de por lo menos llegar puntuales y con la dosis de alcohol suficiente como para que articulen alguna idea interesante sin llegar al extremo de “papelón”.

Los dejo: espero que el próximo post de este blog(*) ya nada tenga que ver con Arrizabalaga y su diccionario, que por más cariño que uno le haya tomado, por más noches perdidas en grises interpretaciones o desciframientos, por más pensamientos a él dedicados, ya nos ha colmado la paciencia.

(*) Nota de la autora: lo mismo creo yo, la historia ya puede deslizarse sobre diferentes rieles, dejando paso al tren que viene atrás y lejos, que ya es decir mucho.