lunes, mayo 29, 2006

de las pistas puedo comentar que últimamente las frecuento sin mayor éxito que el de charlar toda la hora de la clase con una chica de cuarenta y pico. me refiere historias de idas y vueltas de hombres y mujeres. a mí me llama --ingenua-- un poco la atención eso de andar con el sable enganchando fruta a troche y moche, muy de macho milonguero. después, claro, en la milonga somos todos grandes amistades de antaño. una situación bastante disimulada en los salones es por ejemplo: bailamos juntos una tanda nomás, a la hora convenida yo salgo, vos me seguís con el correspondiente retardo de cinco minutos pa' disimular, y en la esquina (bah, si hace frío mejor venite al bulo) te emperno. después en todo caso te tomás un taxi, te vas a tu casa y yo vuelvo a la milonga y me como otro sanguchito. ojo que es igual en hembras que en varones el recambio de parejas.

así van todos con su comercio en real expansión, las unas con los otros, inventándose amoríos que duran lo que cópula de hormiga (che, las hormigas lo hacen? ahora me entró la duda), abanderados todos del coleccionismo y la experiencia enriquecedora, amantes de la libertad, no quieren ataduras. dónde quedó el amor en todo esto, digo yo. que claro, que podrá endilgárseme la mojigatería. no es eso, che, que a mí también me da contento que un poco me atornillen de cuando en vez. pero con ingredientes no tan perecederos. qué sé yo.

--y menos mal que según consta en actas hace rato que acepté “el carácter provisorio de la vida o de todo lo que a ella atañe” como idea salvadora, será que nunca en realidad abandoné el deseo de lo eterno y lo absoluto y ahí donde digo nada es para siempre debería decir yo no lo acepto y por eso toda vez que fui a por el efímero placer salí esquilada porque no puedo separar la idea de lo fugaz, de la fugazzetta, no sé, ya me fui a la mierda, seguir en el eterno apareamiento es igual a saberse en soledad. bah, igual con muchos o con uno, la cosa es “a solas” y ahí te quiero ver el llanto después de que te garchan bien adentro, la semilla perdida en el fondo de la bolsa, o una paja bien intencionada, yo no sé, más vale paja que mal acompañado dirán otros pero cada uno sabe donde entierra la plantita para que mejor le crezca y conversar también se da bonitamente a veces, dices una, mil pavadas y en el otro que te escucha a veces con desinterés interesado, a veces sólo porque te la quiere dar, te ves, hermosa y femenina o la bruja con la cabellera llena de ratones y el culo como un globo terráqueo hecho de mazapán, ahora, por lo menos, me hinco un alfajor de chocolate blanco que no es el que me compraría pero me lo han regalado y viene bien un peu de sucre, etc--.