viernes, abril 07, 2006

otra

porotita no me aflojés el brazo, porotita no te pongas en puntas de pie que parecés un subeybaja. con generosidad se vierten comentarios. a veces, también, con malicia. y otras, con franca desfachatez, como un señor que, al marcarle yo la reglamentaria distancia --es decir, yo me junto apretadita con quién se me da la gana--, me agarró por la cintura y me llevó contra sí. es decir, hizo la clásica "apretá el pomo". sin embargo y muy a su pesar, no era carnaval. enojado, luego de dos o tres compases, se separó y desenvainó una ristra de idioteces a saber: esto es como bailar con mi hermana, en el tango manda el hombre, vos tenés que hacer lo que yo quiero, etc.

yo me volví dura igual que salamín pasado de la fecha de vencimiento. por supuesto que el baile no fluyó, ni surgió la tan mentada comunión de los cuerpos ni ninguna de todas esas deseables maravillas del tango. terminados los tres minutos --por suertedura sólo tres-- le dí las gracias. y que se fuera a apretar a su hermana.