viernes, julio 15, 2005

Versiones en torno a los días de vivar

Al duelo de palabras sucumbida
del Cid a su Tizona se promiso
capitulada, ignota, dormecida
a su albur entregada cual Dios quiso.

Voraz bebe en el vértice la boca
del caduceo dulce la vertiente
se enoja si el fluir se le disloca
si le abrasa la lengua el aguardiente.

Espera del abrazo batallante
feroz la pertinaz arremetida
de par en par abierta al cabestrante
que le aprisione el alma en la partida.

Así luego del acto acontecido
tras esa busca que jamás despena
se cierne sobre el cuerpo estremecido
susúrrale, soy yo, soy tu Ximena.

(Bajo la manta de la luna el sueño
espaldaraza al Cid en su calvario,
y a la mujer de vientre hospitalario,
de labios que rieron a otros dueños)