se me queda callado el humor
del bueno, porque del malo tenemos mucho. el pedorrismo corporativo es notable: en una reunión donde dos gerentes de nivel intentan masacrarse con mutua intencionalidad por los millones de más o de menos negociados llama poderosamente la atención el uso de sustantivos propios en su forma diminutiva.
por ejemplo --no vamos a repetir nombres reales para preservar la identidad de tan encumbrados ejecutivos-- si uno se llamara evaristo, su contrincante le diría:
"pero eva, lo que me estás pidiendo es demasiado"
a lo que el otro respondería
"no es así roby, al contrario: lo que te estoy dando es demasiado"
...
luego de una felicitación o una palmadita en la espalda, me explica padre quien sigue velando por mi seguridad e integridad moral y espiritual, siempre tenés que recordar que es el momento en que te están garcando hija.
padre, tiene razón.
...
ya no existe la minigerencia.
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