viernes, julio 24, 2009

the postman always rings twice

ezequiel volvió a cumplir años y yo con él y fue hace muchos días espaciados con alcohol en frascos de gelatina, gente previniéndose de cosas que al final no suceden ni hubieran sucedido.
las jornadas han sido extensas, señores, muchas gracias por su colaboración y la actitud de que nada se escape entre los dedos como lo hacen las palabras que se me cuelan, pero no. no es lo mismo ya que cuesta tantísimo este reencontrarme.

hoy el viernes fue alegre, de sol y no lavarse las manos tantas veces.

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ahora, en la noche, estoy cansada con ganas de ir a dormir y un malhumor de sexo interrumpido por el ronroneo del teléfono.

comencé a escribir --en compensación-- un soneto acerca de una putez deseada e inalcanzable debido a no sé qué estúpida resignación coyuntural, quizá la misma que me señala el límite de las caderas (cada vez más ilimitadas). en el devenir de los versos aparecía toda clase de derramamientos --de leche, pero de leche literal y no sexual porque la inconscienia humana es tan irremediablemente curiosa que me soñé desparramada en el suelo y con alguien esparciendo el contenido de un sachet de leche sobre mi cuerpo en medio de las góndolas del supermercado, aunque grotesco, el sueño era soñado con una bellísima sensación de erotismo pleno. ¿?--.

el soneto --al igual que el aluvión sexual en el que me encontraba inmersa antes del "ring" del teléfono"-- resultó inconcluso como la sinfonía de schubert (salvando las lejanísimas distancias de calidad artística y musical). inconcluso también como los sueños que siempre se acaban cuando lo bueno recién comienza.

a todo esto aimé boudou fue designado como nuevo ministro de economía. quién lo hubiera imaginado. él seguro que no. yo tampoco.

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el último libro leído fue como hace tres o cuatro fines de semana o mejor, hace un mes aproximadamente.