lunes, septiembre 18, 2006

poema grillé

siempre aparece
un pelotudo a cuadros
que se monta --literalmente y hábil--
a caballo
de tu trabajo.
vos que te rompiste el orto,
que corrés
el riesgo del inevitable
¡pum!
tropiezo
con la piedra lábil de la comodidad,
esa que te susurra desde
abajo:
"let it be, al pelotudo,
que se muestre
¿desde cuándo te importó
la profesión? si vos
no sos y sos
muy otra cosa
muy literatura, muy leedora
muy infierno musical
muy tango"

DANGER

y el pelotudo a cuadros
--convengamos--
sabe hacer lo suyo:
incordiarte una vez
y otras mil cientas
con la buena, la obsecuente voluntad
de un pelotudo a cuadros.
entonces vos, paloma
pájara y pajera,
que anhelabas volver
a la rascada sideral del higo
te dejás
dejás
dejás
un poco
y le das ¡qué generosa!
tu dulzura y bendición
para que continúe
ad infinitum
siendo eso,
un pelotudo a cuadros.

(le escribís, en fin,
este poema ¿?
en su ignorancia
y por tu salvación.
amén)