miércoles, marzo 08, 2006

la vida marcha --y digo marcha por no decir "va", que es lo que uno generalmente piensa o cree entender cuando en realidad podríamos también decir que viene, pasa, se bambolea, etc-- más o menos de la siguiente forma: entre tasas de descuento (tasa de descuento: término financiero y no una tasa comprada de oferta en un bazar) y pan con manteca, mamá por qué tengo que quedarme todo el día en el colegio (no hay respuesta), vos qué hacés, soy economista (bah, ni soy ni hago), qué raro ¿no? ¿cómo se te ocurrió estudiar eso? (hmmmm tampoco hay respuesta), no logro acostarme antes de las doce ni dormirme antes de la una ni levantarme después de las seis de la mañana, a la oficina asisto con absoluta y malgastada puntualidad aunque después no existo, leo un poco, lleno cuadraditos otro poco, quise escribir una cosa parecida a esto:


carta a un amor que no:

querid,

hace tiemp que pienso en tí desde la cumbr de tu ausencia. extraña es la vida sin poder vert, ni tocart, ni siquiera hablart. será porqu la distancia que se ha interpuest entre nosotros no hace más que impedir tod comunicación --y sabes bien que no me gust


comencemos otra vez

amor mío,

desespero de imposibilidad, me conocés, lo mío no es la rendición, ni mucho menos la renuncia. lo mío, amor, es el ardor y la fidelidad del caballero. la batalla. yo que siempre sé qué y qué no decir, me encuentro sin

va de vuelta


compañer de la vid,

conoces tú a la zorra de las uvas, conoces tú lo que pasó: que brincando y brincando no pudo alcanzarlas, y las disfrazó de verdes cuando de uvas dulces y maduras se trataba, de esas a las que se le mastica el pellejito hasta que sólo quedan las semillas y se las escupe alegremente. sabes tú que en el amor cuestiones hay que no

y no. hoy no.

y todo así, a las corridas, en la agenda un desayuno con los altos mandos para hablar de temas que nos interesan (podré explicarle a los altos mandos que mi hijo se todavía se mea en la cama y que no piensa hacer nada de lo que la maestra le indique, que me compré unos zapatos faroleros de milonga, que no sé si pintarme o no las uñas de rojo sangre para una fiesta el sábado, que últimamente no sé qué carajo leer a ver si el señor director tiene conocimiento de alguna literatura linda para recomendarme), desayuno que --afortunadamente-- habré de cancelar por --desgraciadamente-- otra reunión no sé dónde con no sé quién, llegar a las ocho, salir a las cuatro y media, etc.

cualquier cosa.