domingo, agosto 10, 2008

saul bellow

"En Chicago, tenía asuntos sentimentales pendientes. En Boston o en Balitmore habría seguido pensando todos los días y con regularidad, en la misma mujer; en lo que podría haberle dicho, en lo que ella podría haber contestado. 'Los objetos amorosos', como los denominó la psiquiatría, no se superan o dejan de lado fácilmente. La distancia es, en realidad, una formalidad. La mente no la registra."