confutatis maledictis
¡se quemarán en las llamas del infierno!
en fin, que para anotar algún comentario de los históricos momentos que al fervor futbolero argentino le darán alegría y de comer por un rato largo me pongo a escribir un poco (amén de que estoy aburrida y en brece nos rajan a todos de este último bastión brasilero de la industria petrolífera).
es divertido que todo el mundo tenga una anécdota que referir o algún mensaje divino que descifrar en el laberinto de la vida, como por ejemplo uno de los chicos de dos escritorios más allá del mío, ateo declarado y anticlerical confeso trae a cuento que recibió el sacramento de la confirmación de quién... sí. sí. de el papa de la gente. y como si fuera poco, además, su hijo pequeño se llama.... sí sí. francisco.
la plaza rebozaba hoy de banderines amarillos y blancos y las banderas celestes e ídem de nuestra patria agitadas con alegría y un poco de somnolencia luego de una larga noche en vigilia. ahora sí es preciso decir que tanta gente contenta, festejando y dando gracias es algo digno de ver.
después, a entenderse con la media luna (de manteca, no mahometana) que el hit católico de la mañana me dio hambre.
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