sábado, noviembre 10, 2007

algunas cosas que je n'aime pas de la milonga

a) los milongueros viejos criticones: "nena te me vas, nena no te apurés, nena la verdad que podrías bailar mejor si decís que hace xx cantidad de años que, etc, etc, etc".

b) la excesiva amabilidad prodigada a los extranjeros en detrimento de las porotitas locales a quienes se nos envía al exilio de la mesa del fondo (cuando no es la del baño o la de la puerta de salida) sin más explicación que "no tenés reserva" aun cuando una llega temprano y siempre.

c) las pistas super-pobladas en las que se sufren pisotones, colisiones, tacazos y todo tipo de torturas. apenas si se puede caminar y todo el tiempo transcurre entre pasitos, abruptas detenciones o amagues improvisados. además, si la mala suerte anda rondando la noche, el partenaire aprovecha para franelear duro y parejo ya que otra cosa no se puede hacer. (claro está, si a una le agrada el partenaire puede omitirse de la lista este punto).

d) el bailarín charlatán que no espera a que se termine el tango para chamuyarte: después dicen que somos las mujeres las que hablamos demasiado.

e) los camareros/as que no te atienden nunca mientras la sed arrecia (aunque creo que este es un problema universal)

f) la gente que llega cuando ya la mayoría de las mesas están ocupadas y no tiene mejor idea que quedarse de pie frente a la tuya esperando que por milagro alguna se desocupe y arruinando en un instante toda la estrategia de cabeceos, miraditas y sonrisas que una se había armado para que el galán de acullá se dignara invitarnos a bailar: el galán ya nunca nos verá tras la muralla humana que tan trágicamente nos oculta.

g) etc.