miércoles, junio 29, 2016

lo que natura non da...

hablando de bueyes perdidos y de la bronca que da pagar caro un restaurant por más refinamiento del que se precie, trato de meter un bocadillo acerca de una amiga sibarita, alguien que en general aprecia la buena elaboración, y alguien salta, qué, a tu amiga le gusta la comida chatarra. ¿chatarra? ¿chatarra por qué?. por la pizza.

explico lo que el término sibarita significa e inmediatamente procedo a encuestar a los otros subalternos colindantes. en el 100% de los encuestados contestó, sin dudarlo, no sólo que sibarita es una pizza sino que además, asociaban la palabra a alguien que gusta de frecuentar lugares como mc donalds, burguer king y cuanta pizzería de la esquina encuentre en la esquina.

no sé si atribuir este fenómeno al poder de los medios, de la publicidad, o a la poca lectura (no digo de literatura, no, no exijo tanto, sino de cualquier cosa destinada a ser leída más allá de los prospectos de los medicamentos, me refiero a lo que conocemos como diarios, revistas, panfletos, etc), la falta de un diccionario de bolsillo, la ausencia de curiosidad de las personas en general, etc.

martes, junio 21, 2016

el asunto no es para nada verbal

mirando a la cámara, ma le dice a su hija, j'adore te regarder, lo dice sonriendo, el cabello abundante y gris revuelto como el de un león, los ojos entrecerrados, c'est quelque chose de plus physique, tu vois? je peux pas l'expliquer, lo repite varias veces, vuelve a sonreír y le habla de la proximidad física, de que le encanta tenerla cerca a pesar de los problemas de comunicación que todavía atraviesan, que no han podido resolver y que tal vez no van a resolver nunca, sin embargo eso no importa, porque ahí están ambas, en esa conexión de amor que va más allá de lo que puedan expresar verbalmente, tienen las manos parecidas, la hija es más delicada, la madre es un animal salvaje que vive en contacto con alguna fuerza sobrenatural, según palabras de la propia hija, que sufre por haber sido dotada --por Dios? por la naturaleza?-- con ese poderío extraordinario del que no puede escapar y al que está entregada por encima de su función materna, función que no olvida ni niega y que cumple como puede, como le sale, en medio de la marea de la música, junto a la tiranía del piano, del concierto número 1 de chopin, el concierto en sol mayor de ravel, los de prokofief, esa dulce y dolorosa esclavitud del piano que padece y goza --hay imágenes de ella tocando la op 53, sonriendo, y luego como endemoniada, y luego sonriendo-- así en la eternidad continuará su música que es más importante, en cierta forma, que su hija, que sus hijas. ellas dos lo saben.

miércoles, junio 15, 2016

emporio celestial de conocimientos benévolos

nunca voy a olvidarme de esta enumeración genial del genial jlb:

...los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (1) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas... 

que es bella por absurda, por inabarcable, porque refleja las numerosas posibilidades del mundo y de las cosas, porque admite su continuación ad infinitum como una serie contradiciendo su propia razón de ser: para qué crear una clasificación de animales infinita que sería casi lo mismo que nombrarlos a todos uno por uno.  

ah, en este horóscopo chino, yo soy el jarrón. 

lunes, junio 13, 2016

dido & aeneas

Sí. Fui a la ópera un domingo a la hora del té. Es mi nueva ocupación, un ir a misa. Una amiga siempre me pregunta "en qué andás, cuál es tu nuevo hobby". Es mejor que los partidos de fútbol y la apatía generalizada de las familias en el último día de la semana: esa intolerable resignación [para la que no encuentro razones, para mí todos los días valen lo mismo] mañana de nuevo hay que.

El encuentro con la música activa el alerta del sistema de percepciones, aún cuando uno se eche a dormitar con total desfachatez en el asiento [no duermo, pero puedo quedarme un rato largo arrebujada y con los ojos cerrados pensando en cualquier cosa menos en el espectáculo: he aquí una nueva mentira].

Dido y Eneas es un pedacito de una cuasi ópera del siglo XVII. Pura música barroca de esa que resulta triste y melancólica e inconfundiblemente antigua. Lo peor de las cuasi óperas barrocas son los ballets: gente bailando todo el tiempo [gente en el mejor de los casos, en el peor: faunos y otras criaturas] coreografías absurdas de estilo pastoril, al son de un clave, un laúd, panderetas.

Lo mejor de la música barroca es, la orquesta barroca.

Lo mejor de Dido y Eneas de ayer fue que, a pesar de mi pésima ubicación, veía justo de frente a los tres laudistas del ensamble quienes mudaron a guitarras en alguno de los interludios danzantes. Y por eso solo valió la pena el paseo.

Lo de la guerra de Troya, la Reina de Cártago, Eneas, etc supongo que se puede leer en la Eneida o la entrada correspondiente del diccionario de Pierre Grimal.

El libreto acá.

Y lo único que pesqué de la historia en mi estado de alerta máximo de percepción durante crepúsculo dominical es este parlamento de Dido, hacia el final de la ópera misma y de la vida del personaje:

DIDO
No, faithless man, thy course pursue;
I'm now resolv'd as well as you.
No repentance shall reclaim
The injur'd Dido's slighted flame,
for 'tis enough, what'er you now decree,
that you had once a thought of leaving me.

Parlamento que podríamos traducir, escuetamente y recordando a Roberto: "rajá, turrito, rajá".


domingo, junio 12, 2016

falsos haikus [o de cómo sobrellevar la abstinencia de tw]

anoche soñé
con aquél político
qué feo se puso

cuando le dije
a quién voté
en las elecciones

[hubiera preferido
soñar sueños de cojer
frustrados]

persevera el frío en casa
y no tengo estufa
para arrimar el culo

cuál es la regla
de métrica que debe
ser cumplida para estos haikus de mierda

lo pregunto
sin importarme
la respuesta

no como las cosas
de las que nada conozco
aunque quisiera [de ciertas preguntas sí me importaría acercar una respuesta, no sé si se entiende, no espero precisión sino una simple sensación de comprensión, qué pasó, se me fue la métrica al carajo y apareció la rima]

escribo boludeces
con la impunidad
del político [ver más arriba a qué me refiero]

como la gente en tuiter
o en los blogs
como yo misma

che, vos, no te aburrís
de hablarle
a las paredes?




viernes, junio 10, 2016

Limericks de invierno

en este invierno desasosegado
de mañanas heladas, de ventiscas
yo he muy bien escuchado
lo que tú has afirmado
"de aprecio por vos, siento una pizca"

y ante la  negación de tu cariño
[que según dices te faltó de niño]
aparece en mi boca
un "ok, yo estoy loca
me cubriré del frío con mi armiño"

un compromiso emocional es caro
cuando se tiene el corazón de paro
mejor no dejar puertas
ni manos muy abiertas
mejor quedarse con el desamparo

así los locos andan por la vida
dando su amor a quien no se lo pida
haciendo estupideces
mil novecientas veces
total bebiendo alcohol todo se olvida

jueves, junio 09, 2016

Tea Party

Una señora entra a una casa donde otra señora la espera para tomar el té. Otra señora y dos perros moviendo la cola. Grande y negra como la noche una labradora negra. Chiquito, blanco y de cara manchada el smooth terrier blanco. Rubia y con los labios pintados de rojo la señora que espera. Castaña y con la cara lavada la señora esperada.

Se sirven el té en falsas tazas de limoges.  Con limón y con azúcar. 

Hablan por turnos. Comienza la señora más joven (la castaña) y la otra escucha y luego responde y así transcurre el té con caramelos y a veces con algunas lágrimas o risas. 

Un día una de las señoras le dice a la otra señora que tal vez vaya a tomar el té a otro lado donde también la esperen y la escuchen. Quizás a una casa donde un señor le sirva el té. Porque es bueno de vez en cuando tomar el té con señores y no con la misma señora de siempre. 

Mientras ellas hablan el perro pequeño mueve la cola, la perra negra no dice nada. 

Los perros no hablan. 

miércoles, junio 08, 2016

plegarias atendidas

en el intervalo entre visitas médicas varias hago el detour a la librería de la señora de uñas largas y pelo duro (los excesos de tinturas, spray, esas parafernalias peluqueriles);  la misma que me vendió un libro de la biblioteca de napoleón cabrera [cosa que descubrí mucho después porque no había mirado el ex libris] y la que me enchufó la comedie humaine completa a cambio de cinco billetes con el retrato de Eva Perón.

la señora se encuentra invariablemente ubicada tras un pequeño escritorio en el fondo del local y siempre está escuchando música clásica. hoy, por ejemplo, sonaba algo barroco: violines, bajo continuo de clavicembalo, un concerto grosso.

mi rutina cuando la visito tampoco varía demasiado: soy un animal de costumbres, como todo el mundo --que quiera creerme/aparentar ser especial no hace ninguna diferencia-- y me repito hasta el cansancio. en general voy directo al estante de música y ella, la esfinge, siempre me cuenta la misma historia: tuvo la fortuna de comprar la biblioteca de un famoso director de orquesta cuyos herederos se fueron a vivir al exterior, que donó lo más importante al TEATRO COLÓN, que nadie le quería ir a buscar los libros, a vos te parece, con el valor que tenía esa colección, un músico tan prestigioso, etc. ahora bien, el nombre del músico, jamás me lo dice. creo que ella cree que mantener ese misterio atrae a la clientela.

pero hoy no voy a por los libros de música. hoy le pregunto si tiene algo de capote.

un ayudante de la señora (a quien veo por primera vez) me dice, feliz, que sí, que hay dos. a sangre fría y no sé qué edición pedorra con un solo cuento.

"qué pena. acabo de comprar a sangre fría (ayer) en inglés"

"ah, pero eso no es problema, también hay libros en inglés acá"

revuelvo. no hay nada interesante. la cuestión es que empiezo a revolver por todos lados, en inglés, en francés, en italiano, en español [casi me compro un libro en italiano de natalia guinzburg por 20$ y otro en francés sobre belcanto por 39$ pero triunfó la razón y no lo hice], etc. reviso el estante de literatura, el de música, el de historia, el de arte. miro todo y en ese continuo escudriñar el libro que llevo en la mano se me cae al piso varias veces. hasta que decido ponerlo en la mochila.

para qué.

el ayudante se me acerca con cara de discúlpemeseñoraperovoyatenerquepedirlequeabralamochila y me dice:

"discúlpeme señora pero voy a tener que pedirle que abra la mochila"

la esfinge detrás del escritorio levanta la mirada sin decir nada [soy clienta habitual, podría haberme cuidado un poco], yo la miro a ella a los ojos, me vuelvo hacia el ayudante y con una sonrisa le digo:

"revisá tranquilo, no pasa nada"

abro la mochila de par en par y aparece una profusión de toallas femeninas, tampones, un neceser de cuero, el programa de "capuleti & montecchi" del sábado, guantes, una botella de agua, cigarrillos, pañuelos, el libro de truman capote pero ningún libro que proviniera de los estantes de la librería. 

la esfinge, a todo esto "ay querida! vos sos clienta mi amor, yo sé que no tenés nada".

pero nunca  da la indicación de que NO ABRA la mochila, que NO ES NECESARIO.

ergo: sospechaba.

lo peor es que terminé llevándome una edición divina de obras de heine ¿?, con unas ilustraciones fantásticas que no voy a leer nunca por 250$ [el triunfo de la razón es de corto alcance, évidemment]

la esfinge, feliz, clinc caja.

salgo al frío de la calle con mi capote, mi nueva adquisición, la mochila medio abierta mientras formulo promesas del tipo "no le compro nunca más a esta vieja loca"

(miento)