lunes, octubre 07, 2013

el pasado no puede volver...

le dice --o mejor le grita-- entre lágrimas tatiana a onieguin en la escena final, bajo la nieve, en san petesburgo. tatiana o anna netrebko, esa diva ucraniana de la que todo el mundo está enamorado, menos la señora que tengo sentada al lado en el teatro el nacional (un teatro más apto para plumas y concheros que para tragedias románticas como las de tchaikovsky).

la señora no se cansa de repetir: qué gorda que está la netrebko, es una chanchita, cara de galleta, etc. eso, al parecer, es lo mejor que puede decir de la ópera eugene onieguin que, ella se empeña en no querer enterarse, tenemos la fortuna de poder escuchar y es una de las más bellas que se hayan escrito jamás. también agrega unos comentarios aclaratorios luego de la escena del duelo, creo que por si no me di cuenta. dice: qué bárbaro el mensaje que nos deja tchaikovsky... que eso de matarse entre amigos es una tontería, lo que me hace pensar que la tal señora seguramente mantenía una activa correspondencia con piotr illytch quien le debe haber explicado todo lo que él quiso transmitir en su obra pero no lo hizo directamente confiando en que ella llevaría el mensaje a la posteridad, etc.

a pesar de ella y sus disruptivos comentarios mi sensibilidad musical me alcanzó para notar que:

1) el ruso que hacía de onieguin (bah, parece que eran todos rusos) además de cantar bien estaba más bueno que comer con la mano a pesar de llamarse mariusz,

2) que me encantaría ser tan "gorda" como la netrebko para que un ruso así me enchufe un beso y me manosee bien en la escena final y, sobre todo, detrás de la escena,

3) que la despedida de lenski me hizo lagrimear (como la primera vez),

4) que entre el público presente, además de la señora de los comentarios y otras tantas clonaciones intelectuales de diversas formas y tamaños, estaban victor hugo (el periodista, no el escritor) y gino bogani,

5) que la edad promedio de ese público conocedor era 65 años

6) que preferí al monsieur triquet argento que al americano con su brillez toujours belle tatiana!

7) (de último momento) que el ruso que hacía de onieguien no era ruso sino polaco y que por lo tanto debe ser bastante sufrido y/o resentido pero le damos igual.

etc.